ciber@ctivate y se un ciberactivista


Poco a poco la noción de ciberactivismo comenzara a  hacer carne en los actores sociales y la población en general, principalmente desde el discurso publicado de los medios de comunicación masiva. Los recientes movimientos mundiales han reforzaron la idea de que con teléfonos celulares, internet y las redes sociales como Facebook y Twitter pueden generarse cambios sociales y políticos.
También está difundida la idea del surgimiento de un tipo de militancia política local caracterizada por el uso de blogs y redes sociales como parte del accionar político. Sin embargo, es escasa la discusión más profunda acerca de esa participación que se desarrolla con herramientas digitales y qué implicaciones tiene o puede tener para la acción política del futuro cercano. ¿Qué rupturas y qué continuidades supone el tan mentado ciberactivismo?
En primer lugar, dentro de la idea de ciberactivismo se engloban acciones de diverso tipo. Es entonces que conviene establecer tipologías preliminares de uso de medios digitales en la participación social y política.
Encontramos un ciberactivismo orientado primordialmente a acciones de comunicación. Ahí podemos agrupar a los usuarios de blog´s que promueven o defienden una causa. Se trata de comunicar para sensibilizar, informar y/o convencer.
También está el ciberactivismo tendiente a facilitar la organización y la movilización. En este tipo de intervención ciberactivista suele haber un relacion entre participación online y lo offline. Cadenas de SMS, grupos de correo, páginas de facebook, entre otras herramientas, sirven para este fin organizativo. En este tipo de activismo digital hay espacio para el debate, porque la red que predomina no es la de los dispositivos, sino, en primer lugar, la de las personas.
Una variante muy presente en este tipo de ciberactivismo es el de la movilización online para la acción online, donde el abanico de modos de intervención van desde dejar comentarios en sitios web hasta vandalizarlos o hackearlos.
Una tercera clasificación de intervención política en terrenos digitales pasa por acciones de formación y capacitación. Las nuevas TICs son instrumentos muy útiles a la hora de implementar acciones de capacitación no presencial, donde las variables de distancias y territorios no son obstáculos. Con blogs, canales de video y otras herramientas avanzadas pueden crearse aulas virtuales sencillas que sirvan como espacio virtual de formación.
Se trata de una tipología a priori, pero que pretende mostrar diferentes orientaciones de prácticas y fines dentro de lo llamamos ciberactivismo.
Qué rol jugarán los partidos políticos, cuya lógica de funcionamiento actual poco tiene que ver con lo que podríamos llamar “el modo ciberactivista de hacer las cosas”, en el que predomina la estructura de red por sobre las lógicas piramidales de toma de decisiones. Asimismo, los partidos demostraron ser espacios gerontocráticos, frente a una internet predominantemente joven.
Además, frente a estructuras relativamente estables representadas por los sectores como la CNOP y el partido politico PRI, la lógica ciberactivista impone aglutinamientos más flexibles y temporalmente acotados y más orientado a fines que a valores.
Frente a tanta divergencia entre lógicas de intervención política, cabe preguntarse cómo se puede construir poder duradero desde el ciberactivismo si no se tiene un anclaje en algún tipo de organización más formal o tradicional que garantice continuidades. Todo parece indicar que la mencionada relación online y offline (de guerrila o de 360o) es la estrategia más conveniente si de la búsqueda de cambios sociales se trata.
Hoy vemos maravillados al relato más mediático acerca de “la revolución Facebook”, sin embargo, se trata de un fenómeno más complejo al que le falta mucho camino por recorrer, análisis, sistematización y, sobre todo, demostrar que no se trata de replegarse a la individualidad de un click, sino de abrirse a un universo de posibilidades de cambio gestado colectivamente con la tecnología como herramienta y no como fin, como complemento y no como sustituto.

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